La actividad, que tuvo un gran éxito, estaba incluida dentro del programa de fiestas de San Isidro.
Los jóvenes cocineros, cuyas edades estaban comprendidas entre los 7 y los 12 años, se habían inscrito previamente formando grupos de entre seis y ocho personas. La competición medía la habilidad culinaria de los participantes, quienes, a semejanza de lo que ocurre en el famoso programa de televisión, tenían que preparar sus recetas (exclusivamente frías) en un tiempo límite de 45 minutos. El jurado evaluó los platos teniendo en cuenta en aspectos como el sabor, la presentación, la organización y la limpieza de los grupos.
Los ingeniosos resultados sirvieron luego de merienda a los participantes y a sus acompañantes.