Explicó a los alumnos del Taller las características de la explotación del alabastro, así como la evolución y las diversas vicisitudes que han atravesado las empresas dedicadas a esta actividad.
Las canteras de alabastro de la provincia de Zaragoza se explotan al menos desde la época romana, y así lo atestiguan importantes obras de arte realizadas con este alabastro, como por ejemplo el retablo de Damián Forment en el templo de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.
Actualmente nuestra provincia es la principal referencia en la extracción de alabastro en el mundo, puesto que las mayores reservas de mineral se encuentran en la ribera del río Ebro, en una amplia franja situada entre la localidad de Fuentes de Ebro y la turolense Albalate del Arzobispo.
La extracción se hace en general a cielo abierto, con sistemas no agresivos que buscan proteger la integridad del material, tanto su homogeneidad y entereza como su cristalinidad y veteado natural. El producto en bruto es el llamado bolo de alabastro, que se descascarilla in situ eliminándose toda la arcillla y después se traslada a los talleres donde es serrado en planchas aptas para su comercialización obteniéndose tochos de diferentes diámetros.
El recio del producto varía con arreglo a su calidad, color, veteado, homogeneidad, etc..., estas características hacen a cada pieza única. Actualmente el alabastro es usado para elaboración artesanal de piezas de decoración, jardinería, joyería o elementos de iluminación.
